Las bronquiectasias son una patología respiratoria crónica  que provoca aumento de la producción de secreciones y expectoración, lo que puede provocar infecciones respiratorias recurrentesby otros síntomas como la tos crónica, que empeora a ciertas horas del día o al acostarse, hemoptisis (o sangre en el esputo), disnea (o sensación de ahogo), fatiga y sibilancias. Se caracterizan por unas dilataciones anormales y permanentes en la pared de los bronquios. La bronquiectasia afecta más a mujeres y a la población de mayor edad.

El origen de las bronquiectasias es múltiple. Entre sus posibles causas figuran el asma, infecciones previas como las neumonías o la tuberculosis, la EPOC,  la aspergillosis broncopulmonar alérgica, las broncoaspiraciones frecuentes y el reflujo gastroesofágico e incluso  la fibrosis quística.
Es recomendable que  los pacientes con la capacidad del ejercicio deteriorada participen en un programa de rehabilitación pulmonar y practiquen ejercicio físico de forma regular. Además, es muy conveniente que los pacientes con tos productiva y dificultad para expectorar deberían ser entrenados por fisioterapeutas respiratorios expertos para realizar las técnicas de limpieza de secreciones al menos una o dos veces al día, con la finalidad de drenarlas y evitar que se acumulen en las vías aéreas y así reducir las agudizaciones recurrentes que pueden producir las bronquiectasias.

¿Cómo ayuda la fisioterapia respiratoria?
La fisioterapia respiratoria mejora el control de las bronquiectasias en pacientes adultos frente a aquellos que no la reciben. Se  sabe que la fisioterapia respiratoria sirve para mejorar el drenaje de las secreciones que se acumulan en las vías respiratorias, lo que contribuye probablemente a prevenir las infecciones respiratorias recurrentes o a minimizar las que aparezcan. Entre estas complicaciones figuran las neumonías, las atelectasias y el deterioro de la función pulmonar y de la capacidad de realizar esfuerzos.

La fisioterapia respiratoria también ayuda al enfermo a adquirir un correcto patrón respiratorio, lo que permite mejorar la ventilación pulmonar y, de nuevo evita, la acumulación de secreciones en las vías respiratorias y mejora la oxigenación de los pulmones. Aumenta la tolerancia del paciente al ejercicio físico, lo que evita su pérdida de masa muscular y disminuye la aparición de disnea.
Todo ello redunda en un aumento de la calidad de vida del paciente, que sufre menos complicaciones debidas a las bronquiectasias que padece, menos ingresos hospitalarios y que requiere menos medicación.

Considerando que los pacientes que padecen bronquiectasias sufren habitualmente tanto el aumento de la expectoración coma la fatiga crónica, la fisioterapia respiratoria, que combina tanto ejercicios de drenaje de secreciones como programas de rehabilitación, constituye uno de los pilares del tratamiento habitual de estos pacientes.

Como apunta Jordi Vilaró, fisioterapeuta respiratorio y profesor de la Universitat Ramon Llull, “uno de los beneficios más importantes de la fisioterapia respiratoria es que empoderamos al paciente para que tome un papel activo en el manejo de su enfermedad.  Le ayudamos a controlar mejor sus síntomas y a estabilizarlos. Y esto mejora su bienestar físico y emocional».