Los próximos posts de nuestro blog van a estar dedicados a una serie de instrumentos muy sencillos que podemos tener en casa y que podemos usar en el tratamiento y monitoreo de enfermedades respiratorias, sobre todo en el caso de aquellos pacientes reincidentes o crónicos. Hoy le toca el turno a la oximetría y el pulsioxímetro.

La oximetría es una prueba no invasiva e indolora que mide el nivel de saturación de oxígeno o, dicho de otra forma, los niveles de oxígeno en la sangre. Puede detectar rápidamente incluso pequeños cambios en la eficiencia con la que se transporta el oxígeno a las extremidades más alejadas del corazón.

El pulsioxímetro es un pequeño dispositivo parecido a un clip que se fija generalmente a un dedo de la mano. Pequeños rayos de luz pasan a través de la sangre en el dedo, midiendo la cantidad de oxígeno. Esto se logra midiendo los cambios en la absorción de la luz en la sangre oxigenada o desoxigenada.  El pulsioxímetro nos permitirá saber el nivel de saturación de oxígeno y la frecuencia cardíaca.
Se trata de un dispositivo sencillo que se usa en hospitales, en consultorios médicos, pero también pude usarse fácilmente en casa. Podéis adquirir un pulsioxímetro de dedo en muchas farmacias o comprarlo por internet. Tiendas online ofrecen diferentes modelos tanto para adultos como para uso pediátrico (para dedos más pequeñitos) , aunque la calidad del equipo puede variar.

El propósito de la pulsioximetría es verificar qué tan bien está bombeando oxígeno el corazón a través del cuerpo. Se puede utilizar para monitorear la salud de personas con cualquier tipo de afección que pueda afectar los niveles de oxígeno en la sangre: pacientes de EPOC, bronquiolitis, neumonía, asma o en general cualquier enfermedad en la que se vea comprometida la función respiratoria.

Podemos usar el pulsioxímetro para determinar qué tan efectiva es la terapia de oxígeno suplementario o para evaluar la capacidad de alguien para tolerar el aumento de la actividad física, también se usa en estudios del sueño se puede usar para evaluar si alguien deja de respirar momentáneamente mientras duerme, como en los casos de apnea del sueño. Sin embargo, su uso más común en casa va a ser determinar si alguien necesita ayuda para respirar o para controlar los niveles de oxígeno durante el trascurso de una enfermedad respiratoria.

La oximetría es una prueba bastante precisa. Y generalmente proporciona resultados consistentemente dentro de una diferencia del 2%.  Los valores que indican los pulsioxímetros ofrecen cifras fiables entre el 80 y el 100%, pero conforme disminuyen las cifras, la fiabilidad de la prueba se reduce progresivamente. Típicamente más del 89% de nuestra sangre debería estar transportando oxígeno. Este es el nivel de saturación de oxígeno necesario para mantener nuestras células saludables.
Una persona sana debería tener valores por encima de 95%,  descendiendo al 90% en caso de patologías pulmonares crónicas. Valores inferiores al 92% indican hipoxia potencial y valores por debajo del 90% hipoxia grave, con lo que debemos acudir rápidamente al médico.

Sin embargo, a la hora de se debe considerar la calidad de las mediciones del pulsioxímetro debemos asegurarnos de que nos se mueva durante las mediciones y verificar que la forma de onda sea continua y su trazado no sea errático, lo que puede indicar lecturas falsas. Factores como el movimiento, la temperatura o el esmalte de uñas pueden afectar también la precisión.

En la imagen superior podemos ver dos trazados de la curva del pulsioxímetro. En el caso A) tenemos un trazado errático que indicará valores erróneos en los que no podemos confiar. La curva del caso B) muestra un trazado normal y valores de saturación y pulso fiables.